Recientemente una amiga me decía que ella sentía que socialmente las mujeres tenemos mucha presión, pues debemos ser atractivas, profesionales exitosas, amantes maravillosas y también excelentes madres. Se quejaba porque ese nivel de exigencia la hacían muchas veces llegar al agotamiento e incluso a enfermarse. Quiero mucho a esta amiga y lamento que viva su vida de esta manera. Al mismo tiempo sé que ella como muchas mujeres y también muchos hombre viven de acuerdo a lo que creen que se espera de ellos.
En el camino 10, la ruta hacia la libertad, del Proyecto Internacional de Autoestima del cual he estado escribiendo, es donde está la respuesta a ese agobio que puede representar la presión social. Cuando somos niños, deseamos con desesperación ser grandes, para poder hacer literalmente lo que nos venga en gana, sin embargo, cuando llegamos a la independencia, seguimos viviendo para complacer a otros. ¿A qué se debe esto? a que no tenemos una autoestima suficientemente fuerte para atrevernos a ser fieles a nosotros y decir: est@ es quien soy y así es como quiero vivir. Es más a veces, ni siquiera hemos llegado a hacer ese trabajo de autoconocimiento.
Precisamente de esto se trata este maravilloso camino, de desarrollar esa sensación interna que te permite sentirte libre. Luego de haber recorrido los caminos anteriores (puedes ver mis artículos previos), tienes una sensación de que está bien ser tú, de auto-validación y amor propio, por lo tanto dejas de tomar decisiones basadas en lo que se espera de ti para hacer lo que tu corazón y consciencia te dicen. Entonces, dejas de ver la vida como una sucesión de responsabilidades que debes cumplir, para aclarar cuáles son los compromisos más importantes que enriquecen tu vida y te hacen feliz y en esa fidelidad a ti, llevas a cabo tus tareas.
La trampa de este camino es la irresponsabilidad y sería lamentable que mal interpretaras mis palabras y esta propuesta para creer que puedes tomar decisiones sin importar como afecte a otros o lo que estos piensen. Todo lo contrario, un adulto con una fuerte autoestima espiritual, sabe que debe asumir las consecuencias de sus decisiones y también sabe ser libre eligiendo lo que está bien para sí mismo y también para los demás. Es un balance que te aseguro se puede lograr.
¿Cómo recorrer la ruta hacia la libertad?
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- Acéptate a ti y a los demás. Deshazte de los juicios y las críticas.
- Mejora la imagen que tienes de ti, trabajando con tus pensamientos negativos.
- A veces es preciso hacer un trabajo de sanación para borrar las huellas emocionales que algunos eventos de tu pasado han dejado en ti.
- Aprende a ayudar a otros sin sentirte obligado a hacerlo o estar esperando una retribución o consideración en el futuro.
- Acéptate a ti y a los demás. Deshazte de los juicios y las críticas.
Si estás interesado en conocer más sobre este modelo, te recomiendo el libro Maximízate, 10 caminos para lograr todo tu potencial de Bob Mandel.