Tengo un hijo que está entrando a la adolescencia y recientemente se reunieron todos los compañeros de su salón por lo que pude oír algunas de su expresiones. Sé del afecto que se tienen puesto que muchos están juntos desde preescolar, sin embargo, sus juegos y palabras apuntaban a la descalificación. Recordé mis tiempos del liceo y sé que esa actitud, en esa edad, es generalizada. Lo más lamentable, es que a veces no es una etapa, sino se vuelve un modo de ser. Vivimos en un mundo que nos ha enseñado a criticar, a ver lo que falta, lo que no nos gusta del otro y así poco a poco nuestro corazón se ha ido cerrando.
Este 6to camino del Proyecto Internacional de Autoestima me parece maravilloso porque hace que nuestra mente se enfoque en lo bueno de las personas, en lo que nos gusta de ellas. El autor de este modelo Bob Mandel, dice que: “No se debería subestimar el poder que tiene el reconocimiento, tanto para el que lo brinda como para el que lo recibe, puesto que la energía que se intercambia en la demostración honesta del aprecio público o privado es sanadora, vivificante y enaltecedora…. Cuando prodigas reconocimiento a otros, se liberan endorfinas en tu torrente sanguíneo, haciendo que circule una energía amorosa, saludable de pies a cabeza. Las células de tu cuerpo sonríen al unísono.”
Fui una persona muy crítica y se cuán difícil pudo haber sido compartir conmigo años atrás. Conocer este modelo hizo que me diera cuenta lo equivocada que estaba y por qué el estado de mis relaciones era el que era. Me tomo tiempo y disciplina desarrollar un lenguaje amoroso y gerenciar mi mente para concentrarme en las virtudes que abundan en el ser humano. Ahora, con esta experiencia puedo decir que el extender un reconociendo al otro es un regalo, para el que lo recibe, sí, pero sobre todo para el que lo da, porque tu corazón se llena de bondad, de gentileza, porque eres más feliz al mirar lo bueno y porque ves que el resultado de la expresión del amor son relaciones pacíficas y fluidas.
Ofrecer reconocimiento no significa adular o dejar de ser honesto, si tienes un reclamo que hacerle a alguien, puedes decirlo, pero cuando sustentas tu observación o queja sobre lo bueno de la otra persona, la reacción no es la defensa, sino que oye con interés la expresión de una persona que lo aprecia.
En mi caso, desarrollar un lenguaje de reconocimiento y expresar mi amor por las personas ha transformado mi mundo, así que… ¡inténtalo! Con tus familiares y seres queridos es con quien más debes practicar esto, no des por sentado que ellos saben que los amas, díselo frecuentemente.
¿Cómo hacer un reconocimiento a alguien?
- Piensa en todas las cosas buenas que puedes decirle.
- Asegúrate de mirarle a los ojos mientras te expresas.
- Incluye en tu vocabulario frases como: algo que me gusta de ti, lo que valoro de ti es, una cosa que agradezco acerca de ti es, jamás olvidaré que tú…
Mientras te expresas, percibe cómo se siente tu cuerpo y evita caer en la tentación de esperar que la otra persona te responda igual.
Si estás interesado en conocer más sobre este modelo, te recomiendo el libro Maximízate, 10 caminos para lograr todo tu potencial de Bob Mandel.