Regreso luego de 10 días fuera de casa. Había dispuesto el día para compartir y consentir a mi esposo, puesto que tenía gripe y pensé que se quedaría en cama a reponerse. En la mañana dijo que tenía un par de reuniones que no podía cambiar y debía ir a la oficina. Decidí entonces quedarme en casa poniéndome al día y recibí un mensaje de mi socia. Se va hoy a Colombia, luego de haber vendido su apartamento, el último bien que le quedaba en el país, la sentí triste y al conversar con ella lo confirmo, su familia la espera en Bogotá pero ahora ella está terminando de preparar su equipaje para partir. Le pregunto si quiere que la lleve al aeropuerto, me responde “me encantaría, no sabes cuánto esto significa para mi” así que nos veremos y podré apoyarla en este importante paso que está dando en su vida.
Hace días estaba por escribir este artículo y sabía el tema, hoy llegó fácilmente el ejemplo para explicar este 4to camino del Proyecto Internacional de Autoestima, que se llama Extender el Apoyo. Se usó la palabra apoyo, en lugar de ayuda, porque creo que a veces se malinterpreta que la ayuda significa que el que la da es más y el que recibe es menos. Una imagen que puede ejemplificar lo que digo es cuando se le da una limosna a un mendigo. Si se la das pensando “pobrecito” y que bueno que le estoy ayudando, aquí hay algo que revisar.
De acuerdo a este modelo ofrecer apoyo es un regalo de amor por ti y por otros. Creces en la media en que apoyas y empoderas a otras personas. Se siente bien y muchas veces te da el regalo de olvidar tus necesidades y más bien dar, lo cual es profundamente sanador. En las palabras del creador de este proyecto, Bob Mandel “Cuando hablamos de extender el apoyo, hablamos de un proceso de expansión de nuestras almas y fortalecimiento de nuestros espíritus… Experimentas tu valía en otros y la satisfacción de dar desinteresadamente. Aprendes la magia del amor en acción”.
Si ofreces apoyo y prestas atención a tu interior, te darás cuenta que te brinda alegría, que hay una sensación tibia en tu corazón. Ese es el gran regalo. Entonces, das porque lo disfrutas y porque en ese proceso, también expandes bienestar en tu prójimo. En definitiva es un regalo de amor para ti y para el otro.
Sin embargo, hay un par de elementos a considerar en el momento de extender el apoyo. El primero, si lo haces a costa tuya (es decir no disfrutas en hacerlo) es más bien una manipulación de tu parte para ganar amor y de seguro llevarás la cuenta de cuanto has apoyado a esa persona. Estuve allí muchas veces, antes de hacer este trabajo de Autoestima. En mi deseo de que la gente me aprobara, acepté hacer cosas que no quería, que no eran por placer, sino para que el otro viera que yo era buena. Al final sólo queda resentimiento, no disfrute.
El otro elemento es que tú puedes tener una idea de cómo apoyar, pero tal vez esa persona tiene una idea distinta de lo que quiere. En este caso, lo importante es realmente oír y hacer algo que él o ella requiere y que –al mismo tiempo- sea placentero para ti. Por ejemplo, quería apoyar a mi esposo haciéndole una sopita de pollo para su malestar, en su lugar, lo que él requiere es el espacio para irse a trabajar y cumplir con esa importante responsabilidad. Si me pongo fastidiosa y le insisto que se quede, tal vez podría iniciar una discusión cuando el propósito original es consentirlo. Por el otro lado, para mí es un placer acompañar a mi amiga en este cambio que está dando y ella está deseosa de compartir conmigo y expresar como se siente. En el segundo caso, el apoyo es un regalo para ambas.
Finalmente, es valioso y fortalece el autoestima de ambos saber que quien recibe el apoyo no es de ninguna manera menos que tú, tal vez se sienta indispuesto o esté en una transición importante, pero en cualquier caso estas dos personas son poderosas y completas. Entonces, el apoyo que promueve este Proyecto Internacional de Autoestima se da entre dos personas iguales. Volviendo al ejemplo del mendigo, su alma es igual de poderosa y sabia de la tuya, aun cuando haya elegido un camino de vida completamente distinto. Esencialmente, es un ser igual que tú, aunque tenga días sin bañarse y no tenga dientes! Sentirse iguales, es una gran lección de autoestima y humanidad.
Como he mencionado en los otros Caminos, existe una trampa (el otro extremo o la mala interpretación de este Camino) y en este caso se trata de convertirse en una persona que constantemente cuida y rescata a otros, así como que utiliza la ayuda para controlar y manipular. Si tenemos una autoestima frágil y ayudamos para sentirnos que somos mejores o para que posteriormente nos sintamos con el derecho de exigir ayuda, estamos confundiendo el verdadero sentido de apoyar. El apoyo termina cuando lo das y sientes el placer de haberlo hecho.
Si realmente te conectas con tu corazón, sentirás el gran regalo que significa dar de ti y extender tu amor a través de apoyar a otros. Inténtalo!
Tips para recorrer este camino de extender el apoyo:
-
- Cuando alguien te pida apoyo o tú te sientas tentado a ofrecerlo, pregúntate por qué quieres hacerlo, ¿es por disfrute, amor o para agradar a otros? Hazlo sólo cuando sean los dos primeros casos.
- En caso de que quieras ofrecer el apoyo, asegúrate que la forma en que quieres darlo, es la misma en que la otra quiere recibirlo. Pueden conversarlo, una excelente pregunta es ¿cómo te puedo apoyar?
- Respeta la dignidad de la persona a quien das apoyo, incluso si fuere una persona con menos recursos económicos que tu o menos fuerza física, repite en tu mente: “es un ser poderoso”. Evita la tentación del ego de sentirte mejor que el receptor de tu ayuda.
Si estás interesado en conocer más sobre este modelo, te recomiendo el libro Maximízate, 10 caminos para lograr todo tu potencial de Bob Mandel. Puedes preguntarme donde adquirirlo.