Mi pareja anula mi autoestima ¿Has escuchado afirmaciones como esta?, suelen ser muy comunes, la pareja que te humilla, que te grita, que te golpea, que te anula y a veces no es la pareja, son los padres, el jefe, los compañeros de estudio o trabajo, los amigos y pare usted de contar.
Es como la mujer que descubre que su pareja tiene una amante y sale a buscarla para descargar su cólera sobre ella, como si su pareja no hubiera tenido ninguna responsabilidad, es decir, ella lo sedujo, lo llevó a eso, y él es un santo inocente en todo este proceso. ¿Qué te parece?
Ojalá a estas alturas puedas darte cuenta que no solo es un absurdo sino que es trasladar responsabilidades por no querer o no poder ver que quien realmente no se ama eres tú.
Nadie nos hace sentir nada, nosotros decidimos que queremos sentir; y con esto no quiero decir que las conductas de otros no tengan ningún impacto en nuestra interpretación sobre las mismas y por lo tanto en la respuesta emocional que pueda acarrear en nosotros, eso es real, como también lo es el hecho que tenemos la decisión de ver qué hacemos con eso.
- Si mi pareja me dice cosas humillantes ¿Me permito continuar con esa pareja en nombre del “amor”?
- Si mi amigo cuenta a los demás aquello que le digo en confidencia ¿Me permito seguir considerándolo mi amigo y continúo contándole mis intimidades?
- Si mi compañero de trabajo hace alarde de mis méritos como propios ¿Me quedo callado o hablo de lo que está sucediendo?
- Si no le agradas a alguien ¿Crees que hay un problema contigo?
- Si te equivocas haciendo algo ¿Crees que eres incompetente?
Siempre será nuestra decisión pero hay que ir atrás ¿Por qué elijo o me permito permanecer con personas que no me aportan bienestar? Y aquí es donde está el meollo del asunto, que no es otro que una baja valoración personal que me hace aceptar estar con personas para no estar solo, para ser aceptado, porque no se hace valer mi punto de vista y porque si no me respeto yo ¿cómo puedo pretender que otros lo hagan?
Esto tampoco significa que debemos andar por la vida desprendiéndonos de todas las personas solo porque no nos hagan sentir cómodos en ciertos aspectos o no piensen como nosotros, somos diferentes, pero, cuando sus conductas atetan sobre el respeto, la consideración, si deberíamos considerar ubicarlos en una perspectiva diferente en nuestra vida y en algunos casos lo mejor sea que cada quien elija su camino.
Amarte a ti mismo es una aventura que se debe andar cada día, levantarse en la mañana decidiendo amarte, aceptarte como eres (lo que no contradice que puedas trabajar cada día también en ser la mejor versión de ti mismo), confiar en ti, respetarte, pasarla bien contigo, aprender a reírte con tus ocurrencias, poder mirarte a los ojos y estar orgulloso de quien eres, de lo que has hecho, de lo que haces y del camino por recorrer.
Liliana Castiglione Asaro
Psicóloga