Ni siquiera ganar 28 medallas olímpicas, 23 de ellas de oro, y ser considerado el mejor atleta olímpico de la historia garantiza poder sortear problemas tan habituales en la sociedad actual como la ansiedad o la depresión. Así lo ha confesado el nadador Michael Phelps, que como muchos otros deportistas, pasó momentos muy complicados en su vida por esta causa.
Nadie está exento de problemas, como expresa el dicho popular: “No todo lo que brilla es oro”.
Michael Phelps tardó años en hablar de sus problemas, pero ahora lo hace a menudo para ayudar a quien esté pasando por lo mismo y para ayudarse a sí mismo. El mejor deportista olímpico de todos los tiempos describe su lucha contra la depresión: «No quería estar vivo»
Phelps pasó por su primera depresión en 2004, el año en que ganó en Atenas las primeras ocho medallas de las 28 que acabó logrando en su carrera. El estadounidense arrasaba en la piscina, pero fuera de ella sufría. «La caída más fuerte la tuve después de los Juegos de 2012, no quería tener nada que ver con el deporte… y no quería vivir más», contó cuando reveló por primera vez por lo que había pasado.
«Al principio no quería ver a un terapeuta, pero cuando descubrí que me sentía mejor y que estaba más sano, aprendí muchas cosas sobre mí que no sabía», «Me gusta quién soy y estoy a gusto. No podía decir eso hace unos años. «Es algo que me va a seguir pasando toda mi vida», explicó. «Pero cuanto más aprenda sobre mí entenderé por qué me pasan estas cosas», “Estoy en un buen momento y solo vivo el presente«, continuó.
El nadador califica la depresión como «un camino oscuro» en el que intenta mantenerse abierto de mente.
Si deseas leer más: y