Mi encuentro con ella fue totalmente inesperado. Pero nunca casual. Pues llegó a mi vida en un momento en que realmente la necesitaba. Y de la mano de un gran maestro. Mi hijo Andrés, que para el momento era un niño de apenas 8 años.
El regalo llegó envuelto en el hermoso papel de la reflexión, con una enorme lágrima como lazo.
Ese regalo fue la gratitud: por estar viva, por haber sido diagnosticada con una condición que no es mortal. Por tanto, solo un cambio de ‘modus operandi’ que transformaría mi vida en formas insospechadas para ese momento.
Esto lo cuento en detalles en “Viviendo En Modo Agradecido”, mi primer libro publicado porque, aunque escribo desde hace años, nunca me había atrevido a publicar más que en mi blog de cuentos y en el blog de mi grupo de escritura creativa de la UCAB (Venezuela). Otro regalo más que trajo la gratitud para mí, entre muchos otros.
Escribiendo el libro leí muchísimos estudios científicos, así como testimonios de personas de muchos países, en circunstancias que iban desde el divorcio, la enfermedad, el cambio de percepción sobre otras personas. En fin, decenas de historias impactantes.
Aún hoy en día el tema me apasiona. Y no me canso de maravillarme de como la ciencia, la sociología, la psicología, el estudio de la biología cerebral, la genética… todas encuentran evidencias del poder de la gratitud para mejorar condiciones como la hipertensión, la depresión y la tolerancia al dolor, incrementar la productividad de equipos. Incluso, mejorar las expectativas de desempeño económico de las naciones. Porque en la medida en que las personas son más agradecidas, aprecian sus oportunidades de trabajo, se desempeñan mejor, ganan más dinero, invierten y consumen más. Incluso se vuelven más solidarios, así que también son capaces de donar dinero y participar en acciones de voluntariado.
La bibliografía es extensa. Y el lector curioso puede revisar en la internet, o en mi libro, que lo que les estoy diciendo es real y está respaldado por científicos de diversas nacionalidades y prestigiosas instituciones académicas o de investigación.
Cuando escribí el libro, apenas hace año y medio, no me atreví a compartir los impactos sociales a gran escala que puede tener la gratitud en el desarrollo de las naciones. Me limité a exponer un método muy sencillo, para activar la abundancia a nivel individual. Pero todos los lectores que se han atrevido a ir más allá, a aplicar estas recomendaciones para activar la abundancia en sus propias vidas, pueden haber comprobado como yo lo he hecho, que esta activación es posible.
Por ello hoy me arriesgo a proponerles la siguiente idea: activar el poder de la gratitud para mejorar al mundo, acercándolo a un estado ideal de armonía y prosperidad sin precedentes.
Sé que puede sonar un poco grandioso o hasta demasiado optimista. Pero como todo gran movimiento de transformación, se inicia desde lo individual y progresivamente, se convocan voluntades para abarcar más personas, más comunidades y países.
La idea es simple: reconoce lo positivo en tu vida, emociónate con esa presencia real en tu vida, y agradece por ella. Ahora, atrévete a soñar. A visualizarte alcanzando tu meta, tu deseo más elevado para tu comunidad, para tu país o el mundo. La prosperidad, la libertad, la paz. Emociónate porque lo visualizas como si ya lo tuvieras. Y agradécelo de corazón, con todas tus fuerzas.
El cambio inicial es individual. Te sentirás más positivo y energizado. Por tanto, obrarás en consecuencia. Con esa energía positiva como combustible. Logrando tu propio éxito y felicidad. Y podrás convertirte en un ejemplo. Podrás inspirar a otros a imitarte, incluso motivarlos a preguntarte “y tú ¿Cómo le haces? ¿Para estar tan energizado y positivo?
Entonces compárteles el secreto. Comparte el regalo de la gratitud. Explícales cómo hacer este ejercicio, invítalos a leer este artículo, o a leer mi libro. Y sigue practicando.
“Roma no se construyó en un día” y esa ciudad fue en su tiempo, la más importante del mundo civilizado. Hoy la meta no es una ciudad. Es un nuevo mundo. Y hay un recorrido, un viaje que hacer hacia ese nuevo mundo lleno de abundancia, bienestar, felicidad y prosperidad para todos.
Para largos viajes necesitamos por lo general un pasaporte. Y en este caso, la gratitud es el pasaporte, hacia la abundancia y el bienestar.