Cualquier cosa que se manifiesta en este universo, pasa por tres estados: pensamiento, emoción y la realidad física. El sentimiento es el puente entre lo invisible y lo visible.
Todos los pensamientos y sentimientos crean, cada instante es una actualización de lo que queremos, y las experiencias que vivimos son el reflejo de nuestro nivel de consciencia o estado mental. Los sentimientos son fuerzas creativas, tanto los más elevados o positivos, como los asociados al miedo. Ese es el poder de la intención.
La intención nos enfoca en la creación de determinadas experiencias. La pregunta es ¿desde dónde estamos eligiendo y decidiendo? Desde lo que llamamos esencia, el alma o nuestro espíritu; o desde el ego, la imagen del yo condicionado, solo y separado, sostenido en la pequeñez y la escasez. El alma unida al campo energético universal, infinito e ilimitado, ve nuestro mejor destino y sabe que es posible. Lo único imposible, es que el miedo nos dé una experiencia expansiva de la vida.
Todo lo que nuestra mente puede imaginar lo puede lograr. El poder de la intención, es algo que también aplicamos frecuentemente, pero no siempre conscientemente. Cuando visualizamos algo que queremos estamos poniendo energía en ese pensamiento. Para esto es útil que comencemos a reconocer cómo se siente lo que visualizamos o pensamos, estando atentos a las sensaciones o mensajes que hay en el cuerpo cuando sostenemos esa idea.
Si la idea nos lleva a una experiencia expansiva de bienestar entonces lo que sentimos es paz, alegría o entusiasmo. En cambio, si es molestia, angustia o temor; que generalmente es como una tensión o sensación de estar aislado, esa idea probablemente provenga de los caprichos de nuestro ego.
Observemos también, si estamos intentando controlar a otras personas ya que siempre surge una circunstancia incontrolable cuando tratamos de controlar a los demás o las circunstancias desde el miedo. A causa de verse afectadas emocionalmente por algunas situaciones de su vida, las personas adquieren ciertas creencias con las que se privan de aceptar la llegada de lo que realmente desean. Y aunque esas creencias no les sean útiles, es decir no sean coherentes con su Bienestar, insisten en sostener esos pensamientos porque para ellas ¡son la verdad!
La única razón de que algo se manifieste, se materialice, en nuestra realidad física, es que hemos puesto la suficiente atención o energía en eso para que ocurra. Ya sea desde la prosperidad o desde el miedo; el miedo fabrica lo que se teme.
Sin embargo, un cambio de pensamiento puede cambiar favorablemente las circunstancias. Es decir, no forcemos a cambiar las circunstancias, sino que nos ocupemos de quedarnos con la mejor percepción acerca de ellas, esa es la solución.
Si algo se va de nuestra vida, ya hemos terminado ese ciclo. Si algo no sucede aún, llega en el instante preciso para nosotros. Si algo llega antes de lo que imaginábamos ¡es momento de ponernos en acción!
No hay nada que no podamos ser, hacer o tener, somos grandes creadores. Sólo si estamos en coherencia con los pensamientos y sentimientos, y las manifestaciones que se producen, podremos ejercer un control consciente sobre lo que nos ocurre. Entonces, es importante que tengamos la imagen más clara posible de nuestro propósito, y que esa imagen esté asociada a sentimientos positivos, es decir busquemos en el corazón.
A veces, para mirar lo que realmente está pasando y tomar una decisión, tenemos que dejar de creer en lo que dicen los ojos, y ver más allá de la ilusión.
Te invito a mi curso online “Pide y se te Dará”, más información en mi página web.