No todos envejecemos de la misma forma y sin duda, los buenos hábitos espirituales, mentales y físicos que hayamos cultivado desde la infancia o etapa posterior, redundan en nuestro beneficio, para vivir más y mejor. Nunca es tarde para incluirlos en nuestro día a día. Vive en positivo y gozarás de un cuerpo y mente sin edad.
Los estudiosos de la materia, distinguen tres maneras diferentes de medir la edad:
La edad Cronológica
Son los años transcurridos desde la fecha de nacimiento, la que evidencia la partida o certificado de nacimiento. Tiene un valor legal o social más que biológico.
La edad Biológica
Es la que se corresponde con el estado funcional de nuestros órganos comparados con patrones estándares para una edad determinada. Se sustenta en el funcionamiento de nuestros procesos bioquímicos y fisiológicos, conocidos como marcadores biológicos del envejecimiento, o biomarcadores.
Responde en un porcentaje importante a la edad psicológica. Constituye el componente primordial del proceso de envejecimiento y puede ser distinta a la cronológica, debido a que una persona que cuida muy bien su salud física puede tener una edad cronológica de 45 años y una edad biológica de 35 años. Es decir, una edad distinta.
La edad Psico-espiritual
Es la que tiene una persona en atención a cómo se siente. Es una experiencia personal y subjetiva. Influencia de manera directa a la edad biológica, al afectar de manera determinante los biomarcadores. No tiene límites e involucra factores personales y sociales.
La paz interior se construye, implica persistencia en elegirla, y beneficia directamente a la edad Psico-espiritual; por el contrario, la tristeza profunda y la depresión causan estragos en nuestro proceso de envejecimiento y longevidad.
Si bien no podemos influenciar o modificar nuestra edad cronológica, con toda certeza si podemos reducir nuestra edad biológica al revertir o aminorar muchos síntomas de deterioro, a través de la implementación de hábitos saludables que beneficien nuestro cuerpo. De igual manera, al nutrir nuestra vida interior, se revierte nuestra edad Psico-espiritual y en consecuencia, nuestra edad biológica. Desde la más remota antigüedad, el hombre ha buscado la forma de detener el avance del tiempo y sus efectos sobre el natural proceso de envejecimiento.
El envejecimiento implica el deterioro de las células, los tejidos, los órganos y las funciones del organismo; forma parte de la vida, y se presenta en todos los seres humanos y animales, aunque a un ritmo y velocidad diferente. En consecuencia, el envejecimiento está asociado con un amplio rango de cambios fisiológicos que no sólo nos hacen más susceptibles a la muerte, sino que limitan nuestras funciones normales y nos hacen más propensos a una serie de enfermedades.
Envejecemos desde que nacemos, pero se hace más evidente en sus efectos, a partir de los 30-35 años aproximadamente y continúa de manera más notable en la década de los 40.
La gran noticia es que el proceso de envejecimiento “No” está definido en su totalidad por la genética, dado que existen variados factores adicionales que contribuyen con el proceso, lo que permite retardar la aparición del deterioro y de las enfermedades relacionadas con él mismo.
El termino antiage o disminución del envejecimiento, en su sentido más amplio, visto como medicina, tecnología, técnicas, terapias, tratamientos, productos o estilo de vida, tienen en común que se enfocan en aquellos aspectos o factores, susceptibles de optimizar.
Dirigidos a prevenir, aminorar, ralentizar e incluso revertir el proceso de envejecimiento humano, con el objetivo de aumentar la esperanza y calidad de vida, además de mejorar la apariencia física desde diferentes visiones.
El antiage espiritual, parte de la premisa de que cada ser humano es una unidad integrada por cuerpo, mente y espíritu, donde la raíz de la salud entendida como un estado completo de bienestar, se encuentra en nuestro interior.
De allí, que la edad Psico-espiritual además de influir de manera directa en nuestra edad biológica, nos permite sentirnos y vernos jóvenes a lo largo de toda nuestra vida, sin importar los signos físicos de la edad.
En este orden de ideas, el doctor Deepak Chopra, médico pionero de la medicina integral, medicina cuerpo/mente/espíritu, afirma “La mente influye en cada célula del cuerpo y por consiguiente el envejecimiento es fluido y cambiante. Puede acelerarse, retardarse, e incluso revertirse a sí mismo”.
Elige vivir en positivo, trabaja tu interior, y acepta la perfecta salud como el estado natural de tu ser. Tu interior, te mostrara el camino apropiado para llegar a donde quieres llegar.