Dentro de las habilidades sociales, aprender a decir «NO» es una habilidad que nos facilita establecer nuestros límites personales, permitiendo que los demás conozcan lo que estamos dispuestos a aceptar o no. Tiene estrecha vinculación con 3 tipos de comportamiento humano generalizado: el agresivo, el asertivo y el pasivo. El agresivo ignora los derechos de los demás y hace valer los suyos, contra viento y marea; el pasivo, permite que le mancillen sus derechos, y el asertivo respeta sus derechos y los de los demás.
Las razones por las cuales cuesta decir “NO”, las podemos resumir en las siguientes causas:
Baja autoestima: la persona se siente poca cosa, necesitada de la aceptación externa y débil para afrontar las posibles consecuencias de un “NO”.
Miedo al rechazo: la persona teme ser rechazada por aquella que hace la petición y también por el grupo social donde esta se desenvuelve.
Falta de asertividad: la persona no sabe expresar con cortesía, su negativa. Lo cual se traduce en la imposibilidad de establecer límites.
Experiencias negativas: en ocasiones pasadas, la persona sufrió graves consecuencias al expresar un “NO” y al recordarlas, la inmovilizan y no se atreve a repetir la acción.
¿Cuáles son nuestros miedos cuando no nos atrevemos a decir que «NO»? Pensará que soy una mala persona, se molestará, no me hablará más, me guardará rencor, pensará que no le quiero lo suficiente. A ciencia cierta, no podemos asegurar que algunas reacciones como estas, son imposibles, incluso que no sean posibles unas más drásticas. Pero aprender a decir NO, es saber que nuestros temores pueden hacerse realidad y, aun así, mantener nuestra posición. Nunca defraudaremos con un “NO” a aquellos que nos aman como somos, y que son, obviamente los únicos que nos aman verdaderamente.
TIPS acerca de cómo expresar un “No”:
- Siempre debe ser respetuoso y amable.
- No debe ser descortés, ni agresivo, pero tampoco postergador, ni ambiguo.
- Debemos hacer saber al otro que nuestro afecto ó respeto no están en juego con nuestra negativa.
- Que no estemos dispuestos a hacer su voluntad no significa que no nos importe lo que le sucede frente a nuestro rechazo.
- Privilegiamos nuestra necesidad, pero no despreciamos la de los otros.
- Debemos ser contundentes, pero no arbitrarios.
- “No” es “No” y hay una sola manera de decirlo. No deja puertas abiertas.
Una de las maneras de defender nuestros derechos, es valorarnos, amarnos y respetarnos. Es convertimos en personas asertivas, capaces de comunicar de manera respetuosa, nuestros pensamientos, deseos y decisiones.
Algunos ejemplos de conductas asertivas son las siguientes:
- Expresar opiniones, sentimientos, deseos y necesidades, de manera respetuosa, sin agredir.
- Decir “No”, cuando lo creas pertinente.
- Expresar tus emociones tanto positivas, como negativas.
- Iniciar o terminar conversaciones o cambiar de tema.
- Cuestionar normas o tradiciones que consideras injustas o absurdas.
- Hacer que se respeten tus derechos.
Si aprendemos a decir “No”, y a valorar nuestro “Si”, habremos dado un gran paso, en la conquista de una mejor calidad de vida. Es básico para el bienestar personal, y para la salud de nuestras relaciones.
Ser adulto significa poner límites y defender nuestras posturas, afrontando la perdida de aquellos que no nos aceptan como somos.