Esta gran pausa que nos ha puesto la vida, nos ha llevado a revisar muchas cosas. Una de ellas es en el trabajo. Si bien este proceso no termina, suponemos, que cuando regresemos a la normalidad, muchas labores y empresas cambiarán. Entonces, ¿quieres aprovechar esta oportunidad para reinventarte desde el punto de vista laboral? Si es así, este artículo puede ayudarte.
El mundo está cambiando.
Justo en frente de nuestros ojos está ocurriendo un cambio inédito. Este virus ha venido a trastocarlo todo. Pero como siempre veo las cosas con los ojos de esperanza, sé que esta es una gran oportunidad para revisarnos, para cambiar y crear una mejor vida. A veces no nos damos cuenta de que lo que teníamos no nos servía. Estábamos acostumbrados, muy acomodados en la zona de confort, y las circunstancias vinieron a darnos una buena movida. ¿Qué hacemos entonces?
Tal vez en tu caso, ya no te sentías a gusto con lo que hacías, o no te gustaba la empresa. Te pregunto: ¿Estabas verdaderamente haciendo lo que querías hacer? ¿Sentías verdadera plenitud llevando a cabo ese trabajo?
A veces darnos cuenta de lo frágil que es la vida hace que reconsideremos cómo la vivimos. Nuestra experiencia aquí debe ser de alegría y plenitud. Te aseguro que una fuente enorme de felicidad la da el trabajo, hacer lo que nos apasiona.
Todos hemos venido a servir.
Creo que nuestra alma hizo un contrato con Dios antes de venir. Este cuento lo compartió mi socio y maestro Bob Mandel y así me lo imagino. Dios nos dice que va a colocar este enorme amor que siente por nosotros en nuestro corazón y a cambio cada uno de nosotros tiene que esparcir ese amor con sus hermanos en la tierra. Y la forma como lo haremos será a través del servicio. Una forma de trabajo que nos hace sentir bien y que ayuda a otros. Esa manera de servir está asociada al uso de los talentos que Dios también nos dio y que se expresa en eso que llamamos propósito de vida.
Sin embargo, a veces no es tan fácil encontrar el propósito. Además, hay condicionamientos sobre determinadas labores que no se consideran trabajo o que no serán suficientemente bien remuneradas. Entonces desechamos lo que vinimos a hacer por seguridad y para cumplir las expectativas de otros.
Parte de nuestro recorrido de vida es precisamente encontrar ese servicio maravilloso que vinimos a dar a este planeta. Puede ser que hasta ahora ya lo estabas haciendo y sólo hay que hacer algunos ajustes en la forma. O tal vez de veras tienes que reinventarte y tomar un nuevo rumbo en tu trabajo.
Mi historia personal sobre cambio de trabajo.
Llegar a mi propósito de vida tomó un tiempo. Mientras, ya había sacado una licenciatura en Contaduría y estudiaba una maestría en gerencia. A nivel laboral estaba es una gran empresa transnacional y en un cargo importante que pronto me llevaría a ser expatriada, a trabajar en otros países con muchos beneficios laborales y aún una mejor remuneración. Era lo que muchas personas soñaban para su vida. Pero en mi caso, si bien eso me gustaba, me apasionó el tema de la conducta humana. Comencé este camino por mis muchos conflictos personales.
Mientras más aprendía, más cambiaba y mejor me sentía, más convencida estaba de que eso era lo que quería compartir con el mundo. Estaba segura de que esa era mi misión, aun cuando era sumamente exitosa en lo que ya estaba trabajando. Eran mis treintas, ya estaba casada y esperando la llegada de mi hijo. En ese momento supe que era el tiempo adecuado para hacer el cambio.
Así que mientras estaba en el permiso post-parto, decidí planificar lo que haría como trabajo en esa nueva etapa. Consideré opciones, hice acuerdos con mi esposo, porque mis ingresos eran importantes para el presupuesto familiar. Usé parte de mi tiempo para concebir este nuevo proyecto hasta que di mi salto de fe.
Hoy mirando hacia atrás, agradezco enormemente la claridad y la valentía que tuve para decidir salir de lo conocido y transitar nuevos caminos. Me siento absolutamente plena con mi trabajo. Me considero exitosa, gano bien, pero nada se compara con la alegría que siente mi corazón al saber que puedo ayudar a mejorar la vida de otros.
Si yo pude, ¡tú también!
Te cuento todo esto, porque yo no tengo nada distinto a ti. Entonces quisiera que esta anécdota te inspirara a reinventarte. De hecho, es parte de lo que enseño en mis cursos y consultas: empoderamiento. Esta palabra significa para mí que tomo mi vida en mis manos y hago de esta algo de lo cual me sienta satisfecha.
Este tema da para mucho, así que la semana que viene te estaré hablando sobre cómo encontrar tu propósito y traducirlo en un trabajo. Así que espero que, si ese es tu tema, sigas conectada a mí y mis escritos. La comunicación de distintas maneras es un talento que Dios me dio, y me encanta poder compartirlo contigo.
Mientras, espero que este artículo te sirva para reflexionar y pensar si realmente quieres seguir haciendo lo que hacías en tu trabajo y como lo venías llevando a cabo. Dios te regala ahora una gran oportunidad para reinventarte, así que aprovéchala. Mientras, ¡bendiciones para ti!