Algunas personas esperan ser una con su pareja, esperan tener las mismas actividades y gustos, otras no desarrollan sus cualidades apoyándose en la pareja, padres o amigos, como si fuesen una muleta de la cual siempre dependen para caminar en la vida. Son relaciones fundamentadas en la necesidad y no en el amor compartido en libertad.
Detrás de las relaciones de dependencia puede haber una visión de sí mismo como desvalido o incapaz. Las relaciones de pareja dependientes pueden tener origen en experiencias de la infancia como por ejemplo se pueden originar a través de vínculos de sobreprotección que no permiten asumir responsabilidades. Puede ser que la ausencia de los padres o la carencia de afecto en la infancia se relacionen con que en la actualidad una persona establezca relaciones de dependencia emocional.
Culturalmente, muchas veces es bien vista la dependencia económica y emocional en las mujeres, encontramos mujeres que se sienten incapaces de tener logros por sí mismas, o que no asumen las consecuencias de sus errores y otro responde por esas consecuencias. Mujeres que viven el éxito de la pareja o hijos, en lugar de atreverse a emprender su propia misión, ser activas, construir y participar. Incluso hay mujeres que temen a la soledad porque creen que no pueden vivir sin un hombre a su lado.
Cuando se aproxima la ruptura o separación entre la persona dependiente y la co-dependiente pueden haber amenazas de suicidio como una manera de mantener atada a la persona en la relación, o simplemente porque se vive al otro como una parte de sí mismo, suelen repetir una y otra vez: «sin ti no puedo vivir» Una persona que vive así sus relaciones necesita ayuda profesional.
En todos estos casos hace falta la mirada reflexiva, para descubrir y sanar las heridas del pasado que se hacen presente. Hace falta descubrir los patrones que estamos repitiendo y nos hacen daño.
Comienza a confiar en tu propia fortaleza!