“TÓXICO” parece una palabra de moda, y si tú tienes una relación que parece no fluir con amor, es muy posible que haya un “factor” que la esté contaminando. Aquí te digo cómo salvar tu pareja del “apocalipsis”.
Si estás discutiendo con frecuencia y no sabes por qué, puede ser que estés en una relación de tres personas. Parece bastante normal que haya cercanía de tu pareja con su familia, que sean “muy unidos” y hasta tomen decisiones cuando los demás miembros estén de acuerdo o eviten tomarlas si hay descontento por ella.
Las suegras tóxicas son aquellas mujeres que buscan tener una participación activa en toda decisión de sus hijos, aun cuando estos estén en capacidad de hacerla por sí mismos; cuando una de las personas que integran la pareja se siente anulada por las opiniones externas, esto afectará las decisiones que requieren tomar como un nuevo “ente”: LA PAREJA.
Una pareja es un par. Dos personas, ni tres ni uno: DOS.
La madre que busca involucrarse en la vida de sus hijos, ha creado un lazo estrecho con su hijo o hija, constantemente pregunta sobre su día o sobre las acciones que ha tomado cuestionando y anteponiendo sus estados de ánimo, es decir, manipula a través de las emociones.
Debemos resaltar que la mujer es territorial, en general busca tener “su propio reino” y por lo tanto, sólo hay lugar para una reina. Las cosas serían a la inversa del mismo modo, ningún rey permitiría que hubiera dos reyes ocupando el “trono”.
Al principio de la relación parece ser una reacción “normal” la unión familiar, el contacto más allá de lo
común. Sobre todo en familias latinas que también están en contacto personalmente, es decir, se reúnen con frecuencia o participan de actividades en conjunto.
Las cosas se tornan difíciles cuando uno de los dos miembros de la pareja desea algo distinto a la dinámica ya establecida en el círculo primario: padres, hijos. A este círculo se integra el nuevo elemento, es decir la pareja.
¿Y cómo saber cuándo es demasiado?
En cada pareja debe haber acuerdos que constituyan su NUEVA relación, es decir, que ambos están formando un nuevo círculo primario. Una nueva familia.
Para el hijo representa un cambio aceptar que YA NO FORMA PARTE DEL CÍRCULO ANTERIOR, sino DE UNO NUEVO, y le cuesta trabajo entender que gana, se aferra a no soltar el anterior porque le invade una sensación de pérdida.
Y a nadie nos gusta perder.
Es por ello que no debe representar una pérdida, sino un NUEVO COMIENZO.
La madre buscará retomar el control sobre las decisiones en las que no participa, y la pareja requiere establecer límites en los que puede participar y en los que no. Se trata de acuerdos de pareja, donde la pareja es lo más importante pues se trata de consolidar el nuevo círculo familiar.
A cada pareja puede funcionarle un acuerdo distinto en relación a otra, por ejemplo, si los dos trabajan debe ser un acuerdo mutuo y consensuado, la administración de los ingresos (si es conjunta o separada) o bien la formación de los hijos en relación a lo que consideran correcto o adecuado para ellos. Nadie más puede definir qué, cómo y cuándo toman sus decisiones en estos tópicos.
Si hay intromisión en estas decisiones, se genera resistencia y ésta termina por desplazar a quien así lo decidió y a quien se opone.
La herida que resulta FRACTURA la relación de pareja, se convierte en “tóxica” cuando “envenena” o contamina la relación.
¿Y que sí se puede?
Como es probable que no podamos cortar de tajo a la suegra, bastará con escuchar su opinión. Se deberá aclarar que se toma en cuenta, pero corresponde a la pareja elegir el resultado final.
Este hábito de “opinar” sobre las decisiones de los demás, también se llama IMPOSICIÓN, y es muy probable que sea un hábito aprendido de la madre al hijo o la hija y que quiera replicarlo con su pareja EXCUSÁNDOLO con un interés emocional y frases como: “Me importas y por eso debes hacer…”, “Me duele que no me respetes porque haces lo que quieres”, “Mi opinión SIEMPRE se ha hecho así en mi familia” y la pareja NO ESTÁ OBLIGADA A ACEPTARLA por costumbre.
Nuevos acuerdos, traerán nuevas costumbres o hábitos de pensamiento, por lo tanto también una nueva dinámica familiar, pues la pareja es ahora una NUEVA FAMILIA.
Me encantará conocer tu historia, coméntala en el artículo.
Abrazo,
Shala Múgica
Fénix Coach