Todos estamos expuestos al fracaso, esa es la realidad. Creerse exento de él es “una gran mentira”. Esta realidad toca cualquier ámbito de nuestra vida. Sin embargo, si asumimos el fracaso con una actitud adecuada podremos fortalecernos y abrirnos a nuevos horizontes.
Ante el fracaso, muchos tendemos a darnos por vencidos; nos dejamos arrastrar por el miedo y renunciamos a un segundo intento con la excusa de que ese camino no era para nosotros. Mediante este tipo de justificación nos alejamos cada vez más de cumplir nuestros sueños. Preferimos adoptar la postura de víctima que la de luchador. Hasta comenzamos a culpar al destino y todo lo que nos pase por delante.
Tips para superar el miedo al fracaso
- Aceptar el miedo. Muchas veces ese miedo es totalmente absurdo, y una vez que lo enfrentamos nos damos cuenta de que no tiene fundamentos reales.
- Introducir cambios. Buscar nuevos caminos. Quien no está dispuesto a alterar su rutina de todos los días para explorar caminos no recorridos, jamás obtendrá resultados distintos.
- Perseverar: Las personas que tienen como lema el triunfar en la vida, nunca se dan por vencidos. Buscan opciones, pues están convencidos de que la victoria es cuestión de perseverancia. Constancia y perseverancia van de la mano.
- Estar en movimiento. Todo inicia con el primer paso. Realizar acciones concretas, arriesgarse, asumir nuevos retos, evitar la inercia. Nada puede lograrse si uno permanece inmóvil con el cuerpo, la mente y el corazón. ¡Atrévete! El momento es ahora, no hay otro.
- Mantenerse enfocado en el objetivo. Utilizando la visualización creativa, las afirmaciones positivas, la fe y la oración. No permitir que nada ni nadie, te distraiga o te aleje de la meta.
- Actitud y pensamientos positivos. Conecta con situaciones, personas y lugares que facilitan que se abran nuevos horizontes.
Aprendizajes o beneficios del fracaso
- Obliga a buscar otras opciones, a explorar nuevos caminos y buscar respuestas más creativas y originales.
- Impulsa a modificar aquello que ya definitivamente no funciona.
- Descubrimos aspectos de nuestra vida que tenemos que mejorar.
- Ayuda a identificar prioridades, a distinguir lo importante de lo superficial.
- Permite evitar los mismos errores en el futuro.
- Estimula la reflexión interior y el contacto con uno mismo.
- Fortalece el carácter y eleva tu autoestima, una vez que descubres que eres más fuerte de lo que creías. .
- Nos capacita para ser más comprensivos con los demás.
- Nos recuerda quiénes somos y de qué estamos hechos, permitiéndonos crecer en la humildad y en la confianza en nosotros, en la familia y sobre todo en Dios.
La vida moderna nos estimula a “Actuar”, en todos sus ámbitos. Realizamos tantas actividades y vivimos tan acelerados, que en ocasiones nos perdemos en aquello que hacemos. Regalarnos un día sin obligaciones, para ser nosotros mismos, nos dará la oportunidad de “conectarnos con nuestro interior y sentirnos”. Así como encontrar respuestas a preguntas como esta ¿Estoy viviendo la vida que deseo?