El tratamiento de la depresión puede parecer muy complicado y absorbente, pero también puede ser una experiencia de vida renovadora. Si tú no sabes qué hacer, es necesario buscar ayuda para no empeorar la condición. Los consejos que aparecen a continuación pueden ayudarte.
Nunca abandones el medicamento por tu cuenta. Mucha gente comienza de nuevo el tratamiento cuando se vienen abajo pero luego inmediatamente que empiezan a sentirse mejor, dejan de tomarlo. Esto es una pésima decisión, ya que esto puede provocar que te sientas aún peor que al principio e incluso puedes desarrollar una patología más complicada. Siempre consulta al médico antes de suspenderlo.
Asegúrate de ejercitarte cada día. No solo mejorará tu estado de ánimo sino que aumentará la eficacia de cualquier método de tratamiento que estés usando. Siempre lo digo, el ejercicio puede ser tan útil como el medicamento y sin los nefastos efectos secundarios. El simple uso de las escaleras o caminar más lejos para llegar a la tienda puede ayudarte física y mentalmente. Llevar una vida activa físicamente te ayudará a aliviar el estrés y por ende te permitirá manejar mejor tu depresión.
Así como no debes tener miedo de decirle a alguien que estás atravesando un período depresivo, tampoco tienes porque sentirte obligado a contárselo a todos. Si te encuentras en un entorno profesional, o cualquier situación donde sientas que otros pueden no comprender la gravedad de tu situación, no dudes en guardar silencio.
Si crees que tu o alguien a quien conoces puede estar atravesando por una depresión, ten en consideración que hay muchos grados de depresión que van desde una simple tristeza que se prolonga por algunas semanas hasta un nivel casi insoportable de angustia, acompañado de otras síntomas corporales, que casi pueden detener la vida de una persona.
Identificar la causa de la depresión es sumamente importante ya que esta puede provenir de una gran variedad de fuentes, no basta con ir al médico para que nos recete fármacos. Las causas más comunes de la depresión son, circunstanciales y clínicas. Se habla de circunstancial cuando la persona está atravesando una situación difícil (la muerte de un ser querido, un divorcio, la pérdida del empleo, etc.) y al no tener las herramientas para lidiar con ello de una forma asertiva, cae en depresión. Mientras que la depresión clínica es causada por un desequilibrio químico en el cerebro.
No sólo la depresión es realmente una enfermedad por sí misma, sino que también puede ser un síntoma de otras enfermedades subyacentes como por ejemplo algunos desajustes hormonales. En este caso la tiroides es uno de los trastornos más comúnmente enmascarado en una depresión. He aquí la importancia de consultar al doctor, él o ella será capaz de decirte qué tipo de depresión estás padeciendo o si los síntomas son causados por otra dolencia.
Si bien hay muchas formas de depresión que pueden ser tratadas sin medicamentos, cuando la misma es el producto de un desbalance químico en el cerebro, lo que se conoce como depresión endógena, se requiere la mayoría de las veces el uso de medicamentos para un tratamiento eficaz, junto con psicoterapia y cambios de hábitos de vida importantes de parte de la persona como los que propongo en mi libro “Sanar es una Elección”.
Así mismo, si quieres abrirte paso hacia tu liberación emocional y espiritual, descubre la guía práctica “Bienestar Emocional” de Glenda Travieso, publicada por Editorial TuEstima y que podrás adquirir en la sección shop en www.tuestima.com. En ella encontrarás claves, herramientas y ejercicios que te permitirán determinar el tipo de relación que mantienes con la persona más importante de tu vida, tú mismo, mientras descubres tu verdadera esencia y te liberas de todo lo que ya no es necesario. Un viaje para que te des cuenta de que no hay mayor regalo que amar lo que ya eres.