La obesidad infantil es un problema de salud caracterizado por el exceso de grasa corporal en el cuerpo de los niños. La obesidad aparece porque el aporte de energía, mediante la ingesta de alimentos, supera al gasto. Este exceso se almacena en el organismo en forma de grasa. Requiere para su diagnóstico diversas pruebas complementarias. Uno de los baremos más empleados es el conocido como índice de masa corporal o IMC, éste toma como referencia el peso y la estatura.
Por lo general, las principales causas de la obesidad o sobrepeso en los niños son:
- Malos hábitos alimenticios y
- Ausencia de actividad física.
Los niños con exceso de peso tienen más posibilidades de padecer diversas enfermedades a mediano plazo. Son frecuentes las alteraciones psicológicas y baja autoestima, debidas a la presión social y rechazo por parte de otros niños. Además de las dificultades físicas para realizar actividades deportivas y variados tipos de juego. Incluso, cuando un niño o joven es obeso, se incrementa el riesgo de que lo sea en la edad adulta.
¿Cómo prevenirla? El papel de los padres o representantes es vital. Incluso, con el ejemplo a la hora de alimentarse y ejercitarse. Aquí unos tips generales:
- El menú diario debe estar conformado por tres comidas principales, desayuno, almuerzo y cena, y 2 meriendas: una a media mañana y otra a media tarde.
- Cuida el tamaño de las raciones. Deben ser adecuadas para la edad del niño. Resulta de utilidad utilizar el tamaño de vajilla apropiada, ya que incide en el volumen de alimentos que contienen.
- Evita las frituras y cocina los alimentos preferiblemente al horno, a la plancha, hervido o al vapor.
- Promueve una alimentación sana y balanceada. Un adecuado equilibrio en cada comida de proteínas, carbohidratos y grasas saludables. No debe faltar, el pescado, la carne, el pollo, los huevos, y los granos.
- Fomenta el consumo de frutas, vegetales, verduras, y cereales integrales.
- Prepara meriendas con bajo contenido calórico y nutritivas. Frutas, frutos secos, gelatina, yogurt y otros.
- Ingesta moderada de pan y preferiblemente en el desayuno, así como de embutidos.
- Evita mantener en la despensa o nevera alimentos muy ricos en calorías y poco nutritivos, tales como chocolates, galletas, caramelos, tortas, helados, golosinas, papitas fritas etc.
- Créale el hábito de consumir agua y el refresco, sólo deberá consumirlo de manera muy eventual. Cena temprano, sano y liviano. Acostarnos y levantarnos a la misma hora nos ayudará a mantener y regular los ritmos biológicos.
- Evita las comidas rápidas o fast food. Por lo general, contienen gran cantidad de sodio y grasas, siendo poco nutritivas.
- Incentiva la actividad física, los deportes. Además, realicen actividades al aire libre en familia, que conlleven caminar o montar bicicleta, entre muchas otras actividades.
- Establece horarios para jugar videojuegos o navegar por internet, así como ver la televisión. Estimula el interés por actividades recreativas como karate, natación, yudo, tenis, fútbol, béisbol, ballet, danza etc.
- Prepárale ricas meriendas para llevar a la escuela. No las descuides.
Es importante, que consultes con tu pediatra quien te indicará si es necesario la visita a un nutricionista y te dará con exactitud los pasos a seguir.