La mejor manera de superar un eventual divorcio es estar preparados para esta eventualidad. Así como tenemos la certeza que la muerte existe y no hay que temerle. Debemos tener la certeza que el divorcio es una posibilidad y no hay que temerle. No se trata entonces de buscarlo con afán o despreocuparse de la pareja, todo lo contrario, se busca desmitificarlo para que la relación fluya sin ataduras. No existe contrato ni limitaciones para vivir juntos, sólo la voluntad y el deseo.
En qué consiste prepararse para el divorcio:
- Saber que existe y no tenerle miedo. Porque me valoro como individuo y me puedo valer por si mismo.
- No soy dependiente de nada ni de nadie, ni genero falsas ataduras ni hábitos dañinos.
- Entiendo el matrimonio como una unión de voluntades, en donde nadie pierde su esencia ni su personalidad.
- Tengo mis propios objetivos como persona, trabajo en ellos y crezco continuamente, independiente de los objetivos de pareja.
- Soy flexible, acepto el cambio, no fuerzo a los demás a que me quieran ni me obligo a querer a los demás. Soy libre para amar y ser amado.
- Aprendo a viajar ligero por el mundo, sin mucho equipaje, sin temor a perder las cosas o las personas. Porque la vida continúa, sabiendo que sigo existiendo como individuo.
- Mi autoestima es alta, me gusta estar conmigo, me valoro y soy asertivo con el entorno.
- No me dejo afectar por el que dirán ya que yo elijo libremente lo que me conviene. Los opiniones de los demás las respeto pero no pasarán por encima de mi propia opinión y deseo.
- Entiendo que dar y amar exige primero que me de y me ame.
- El futuro es incierto, el pasado no se cambia, y por ello vivo plenamente el presente.
La mejor manera de no preocuparse por el divorcio es vivir el presente plenamente, valorarse y seguir creciendo, entregar a la pareja todo lo que más podamos, dejarla libre para que se desarrolle individualmente, complementarse y disfrutar de los pequeños detalles. Porque la felicidad se encuentra en los detalles y en su frecuencia.
Decir que todos debemos estar preparados para el divorcio, significa dejar de pensar en este proceso como si fuera el diablo, porque nuestro reto y objetivo es disfrutar la relación de pareja y el vínculo mientras dure. Ideal para toda la vida, pero sin presagios ni creencias falsas. Al divorcio hay que quitarle el rótulo de mito para que podamos disfrutar de la relación libremente y sin ataduras.
La mejor manera de prepararse para ser médico o ingeniero o artista, es estudiar y crecer en forma integral como persona y profesional, tener metas y deseos, alcanzar resultados concretos que incentiven a seguir adelante, trabajar en equipo sin perder la identidad, valorarse y respetar a los demás.
Lo mismo aplica para la pareja y el divorcio, en donde el estudio es emocional y en el área de las relaciones, el crecimiento integral incluye el aspecto físico sin dejar de lado el mental, el emocional y espiritual, porque se debe avanzar en todos los campos del ser humano y la pareja. Las metas y los deseos involucran los personales y los de la pareja, buscando obtener logros concretos y que generen satisfacción, nunca perder la identidad aunque se realicen actividades en pareja, valorarse y respetarse mutuamente.