Cuando estás distraído con demasiadas cosas, personas, situaciones, etc; y no te prestas atención, tu ser, a través de la vida, te las quita de las manos para que te encuentres y crees espacio. “Haz las paces contigo o la vida puede que te quite todo lo que uses o hubieras usado para quedarte pegado a las responsabilidades y no disfrutar de ti”- Julio Bevione 2016.
“La vida no te quita cosas, te aliviana para que vueles más alto y alcances la plenitud” – Facundo Cabral. Mis peores finales se han convertido hoy en mis más anhelados principios, porque “ayer” estaba tan ocupada que no lograba ver lo que la vida quería de mí. Muchas veces, pasa que en lo cotidiano estamos atareamos con demasiadas actividades para no enfrentar la realidad y así poder evadirla; no enfrentamos a nuestro ser emocional que está pidiendo a gritos que lo mimemos, que lo respetemos; no atendemos nuestro cuerpo físico y se termina enfermando, no descansamos, no comemos de manera saludable o por el contrario, le exigimos en actividades o con hábitos alimenticios que tienden a la “perfección” según modernas modas. Y así, en realidad, mucho podemos hacer por fuera, ¡claro! Pero si no hay armonía dentro, nada puede reflejarse en justo equilibrio en el exterior.
Por todo esto, es que decidí ir directo a las causas y dejar de atender consecuencias; me enfrenté a mí misma y encontré detrás de tantos miedos una persona maravillosa que convivirá conmigo el resto de mi vida, yo misma. Y entendí que, en ese momento en que la vida te sacude, eres tú quien decide construir molinos o levantar muros, cuando soplan vientos de cambio. Y si uno está atento, observando y escuchando cómo se manifiesta la vida está preparado para tomar el camino certero.
En este tiempo a solas, comprendí que la base de todas las relaciones se encuentra en la relación con uno mismo, y que allí es dónde comienza el ser social. Primero perfeccionas y sanas la relación contigo, luego con los demás. Es como si cambiaras la lamparita vieja del sótano por otra que irradia más luz, y en ese instante comienzas a visibilizar telarañas, manchas, suciedades que antes no se veían; en la vida ocurre lo mismo, cuanto más te iluminas más se eliminan esas imperfecciones que se han acumulado durante años.
Hoy trato de no forzar nada, solo acepto y sigo mi camino. Me ilumino e ilumino, solo la luz fluye y desvanece las sombras.