Es sabido que todos los seres humanos cometemos errores. Es algo que nos caracteriza. Pero a la hora de haber sido agraviados, rápidamente nos ofendemos, olvidando por completo que nadie está exento de caer en faltas.
Puede haber tantas razones por las que una persona nos haga algo que nos lastime. Quizás esta actúe de acuerdo a su nivel de conciencia sin saber que lo que hizo causó un prejuicio. En cualquier caso lo más importante que te puedo decir es que cuando a pesar de lo que haya pasado decides perdonar, por la persona que en realidad estás haciendo algo extraordinario es por ti mismo. El perdón te sana cuando lo das.
Nos puede resultar extremadamente difícil perdonar porque nos sentimos heridos ante lo que aconteció. Justificamos nuestras emociones: rabia, tristeza, dolor y frustración. Todos estos sentimientos nos ponen una coraza en nuestra manera de ser, empezamos a sentir que necesitamos defendernos de todo el mundo y el corazón inevitablemente se nos convierte en una piedra, como si amurallarnos en el sufrimiento nos hará llevar la vida de una manera más fácil y feliz. Es sabido que esto definitivamente no es así. Lo que no dejas ir te persigue en tus pensamientos, haciendo que se disparen emociones pesadas, y en consecuencia siempre terminas perturbado en tu interior.
Para bajar esa carga que te carcome por dentro te propongo tener misericordia. Aunque te suene a una palabra que tiene que ver con religión, su etimología dice que la palabra proviene del latín miser (miserable, desdichado) y cor, cordis (corazón). Te puedo decir entonces que su significado es compadecerse, dar o brindar al que está lejos el amor de nuestro corazón. Y esto inequívocamente pasa primero por ti mismo. Brindar misericordia a ti y a otros es una noble actitud que te llevará a transitar más ligero de cargas emocionales.
El acto de perdonar en sí requiere de gran coraje y humildad. Hay que dejar claros algunos puntos que quizás nos confunden y no nos permiten verlo como la mejor opción que tenemos para vivir con plenitud. He aquí alguno de ellos:
No es olvidar: El perdón no significa “pasar la página”, pues no es así de fácil. Para olvidar lo negativo de nuestro pasado de esta manera nos tendría que dar amnesia. No somos computadoras donde se borran completamente los programas. Pero sí, en definitiva, es tomar conciencia de que el daño, la traición y la agresión que ocurrió ya pasaron y decidimos transformarla en aprendizaje; nos movemos del papel de víctima y seguimos adelante a pesar de la adversidad y el dolor.
En algunos casos somos responsables en menor o mayor grado de la ofensa recibida, por tanto, la enseñanza será valiosa y nos hará crecer personalmente para bien si así lo decidimos.
Conlleva aceptación: Aceptar lo que sucedió tal como fue es la única forma para lograr una transformación. Lógicamente no cambiaremos lo pasado, pero sí nos pondremos en perspectiva ante lo que nos hicieron. Esto te guiará con toda seguridad el camino que te lleve a la paz. No justificará lo que pasó, solo comprenderás que aceptando se te suavizará la carga emocional. Te sentirás libre.
Aprendizaje: Todo lo que pasa nos deja una enseñanza. También aprendemos que este perdón no necesariamente hace que la persona que nos hizo daño cambie. Esto no garantiza que no lo vuelva a hacer. Esto es muy importante que quede claro para no tropezar de nuevo con la misma piedra.
El liberarnos y liberar las culpas del pasado, de lo sucedido… de eso que nos amarra en cada pensamiento y sentimiento nos llevará a un cambio interno que nos brindará bienestar. No nos anclaremos más en lo que debió haber pasado de tal o cual modo. Comprenderemos que cada quien actúa según su conciencia, valores y creencias. Tomaremos el mando de nuestra vida y no seremos ya víctimas de nada ni de nadie.
Sin duda, hay hechos más complejos que otros, que nos resultarán menos fáciles de perdonar, y es aquí donde les mencionaré a la conocida Louise Hay. Ella es una autora de libros de autoayuda. Su vida fue marcada por dos violaciones, el maltrato y abandono de su marido y por un cáncer que la inspiró a escribir su famoso libro “Usted puede sanar su vida”. Hoy en día es una mujer de éxito que nos transmite además de inspiración, mucha paz, valor, fuerza y belleza interna. Podemos ver en este ejemplo que para el que quiere nada es imposible.
Ojalá mis palabras te permitan, si estás pasando por cualquier circunstancia adversa, reflexionar y poner tu bienestar emocional por encima de cualquier situación difícil, para no dejar que estos sentimientos negativos tomen las riendas en tu vida. Eres tú quien tomará la decisión final. No te demores.