A veces para arriba, luego para abajo, acelera y luego mete freno, retoma el rumbo y vuelve a caminar… ufff de verdad como en una montaña rusa.
¿Has sentido que tu vida a veces se parece a esto? Como un paseo en la montaña rusa y la cuestión es que las emociones van de la mano con lo que te sucede.
Muchas veces la ilusión de que algo suceda, tal cual lo has planeado, te hace infeliz, porque surgen miedos de que los resultados no sean lo que deseas, miedo a sufrir, a lo nuevo, a sentir que las cosas se salen de control, a quedarte sola, a ser herida, rechazada.
¿Cómo fluir con lo que vives?
Cuando te resistes a lo que estás viviendo, te frustras.
Dejas de ver lo que puedes aprender de la situación, y eso es una fuga de energía y te desmotivas, porque te enfocas en lo que NO lograste, en la carencia, en la escasez.
Cuando aceptas las cosas tal y como son, te enfocas en ser feliz.
A pesar de que las cosas sean diferentes y agradeciendo lo que te sucede, es cuando puedes crear algún cambio, ¿cómo? ¿Por qué?, porque puedes ver lo que, SI hay, lo que, si lograste, que es la base para hacer los cambios necesarios, para retomar la ruta y establecer nuevas acciones.
Si te sientes feliz, tus emociones están en calma, te sientes tranquila, segura y estás abierta y receptiva a nuevas opciones.
Mandando el mensaje claramente sobre lo que quieres crear para ti; ya sea una pareja, una casa, un nuevo empleo, embarazarte, en fin, lo que tú estés planeado y comprometiéndote a lograr.
Trata de adaptarte lo mejor posible al ritmo que te marca tu vida.
A veces va muy rápido y puede darte miedo, a veces es muy lenta y tú quieres correr, otras veces va en sentido y tú quieres ir en sentido contrario.
No te pelees con tu vida.
Porque te agotarás y estarás frustrada; no te rindas, porque la vida te llevará por donde otros decidan y te sentirás triste o deprimida.
Haz lo mejor que puedas.