Autoestima es saber que, dependiendo del pensamiento que tú cultives, así te vas a sentir. Apréciate, valórate, disfruta, para que así puedas apreciar, valorar y disfrutar lo que te rodea.
Te cuento una historia como ejemplo práctico:
En mis tiempos de soledad yo solía inspirarme en el mar, que era mi paisaje conocido cuando niña.
Luego me tocó venirme a los Estados Unidos donde el paisaje marino más cercano me queda a 10 horas en carro. Así que aquí me fue necesario aprender a valorar, admirar y aceptar otro tipo de escenario para poder conectar con el amor a través de otro tipo de paisaje.
En una oportunidad estaba muy deprimida y me fui a un retiro a tres horas de donde vivo, era invierno y todo estaba congelado, cerca de allí había un lago inmenso totalmente congelado, todo era hielo, era hermoso solo qué diferente, solo que en mi corazón yo no podía apreciarlo. Una tarde dando un paseo me resbalé en el hielo, me caí y me golpeé duro. Estaba sola ya que era un retiro de silencio, fue una experiencia donde experimenté mucho miedo y frustración.
No podía estar más enojada e incómoda, necesitaba encontrar la paz conmigo misma, pero me incomodaba tener que estar en un lugar precioso donde la naturaleza para mí en ese momento de mi vida estaba muerta. Eso era lo único que podía ver, hielo, frío, tristeza. Así como estaba mi alma.
Reflexionando y reflexionando, una tarde, sentada mirando un río, observé unas garzas blancas, exactas a las que se pueden apreciar en mi país de origen, Venezuela, y en ese momento, escuché una voz interior que me guío a ver con otros ojos y me dijo claramente: “Marisbelia la belleza está en todo, tú decides si quieres verla y apreciarla o no”.
Inmediatamente, decidí que ya no iba a sufrir más añorando los paisajes conocidos en mi tierra, en ese momento inolvidable, decidí que iba a valorar y apreciar esas Garzas que estaban caminando alrededor del río y que definitivamente, eran exactas a las Garzas que yo estaba acostumbrada ver en mi tierra natal. Ese día decidí dejar de sufrir por lo que no tenía y voltear la media del pensamiento a lo que sí tengo y está a la mano. Decidí disfrutar lo que estaba al frente mío y renuncié a dejar de vivir en la nostalgia de lo que no tenía.
Me di cuenta de que esa nostalgia me impedía disfrutar porque es una especie de queja (me imagino que ante Dios) por lo que ya no tengo.
Tenemos en mi país una canción popular y preciosa donde se mencionan unas Garzas blancas, así que comencé a cantar esa canción con toda mi alma (nadie más me escuchaba), en la firme decisión de qué hasta ese día yo sufría por estar donde literalmente yo no quería estar, aunque tenía todas las razones para apreciar mi experiencia en este país.
A través de esta vivencia aprendí a valorar cualquier tipo de naturaleza, esté donde esté busco la belleza en todo.
En este momento estoy viendo un río, muchos árboles sin hojas, el paisaje es bastante marrón, porque es invierno en Ohio, hay unos gansos comiendo en el pasto en la otra orilla del río de aguas marrones, escucho los pájaros y disfruto donde estoy, disfruto la belleza en esta naturaleza.
Hoy me doy cuenta de que lo importante es apreciarlo por amor a mí.
Por amor a mí estoy agradecida, por amor a mí aprecio lo que ven mis ojos.
Autoestima es amar dónde estás, autoestima es apreciarte para poder apreciar lo que te rodea. Autoestima es saber que dependiendo del pensamiento que tú cultives, así te vas a sentir.
Apréciate, valórate, disfruta. Para que así puedas apreciar, valorar y disfrutar lo que te rodea.
Un abrazo y que Dios te bendiga.
Marisbelia Tomodo
Autora del libro: Autoestima – Búsqueda Interior.