Cuando nuestro estado de salud se deteriora, es normal sentir que no tenemos la fuerza para emprender el camino hacia la sanación. Si te estás preguntando, «cómo mejorar mi salud» en este mensaje quiero entregarte herramientas y una poderosa oración de sanación que te ayudarán.
LA ENFERMEDAD COMO CAMINO DE CRECIMIENTO
Nuestro cuerpo es lo más cercano a nosotros en el plano material. No importa donde estemos, él siempre va con nosotros. Es nuestro vehículo para interactuar, sentir, experimentar mientras estamos de paso en esta vida.
Sin embargo, muchas veces, nuestro cuerpo falla y caemos en enfermedad. Sea algo pasajero o sea algo a largo plazo, las enfermedades tienen un propósito escondido y es el acercarnos a nuestro crecimiento espiritual. Si así lo permitimos.
Precisamente en aquellos momentos en que nos sentimos débiles, que la salud no va bien, es cuando más surgen o despiertan otros aspectos de nuestro ser.
Por ponerte unos ejemplos, las enfermedades:
– Nos obligan a dejar las apariencias. Ya no podemos fingir, somos quienes somos y punto.
– Nos ayudan a valorar lo que tenemos en el ahora, a entender que la vida solo es un instante.
– Nos ayudan a descubrir que no somos solamente el cuerpo. Cuando el cuerpo está débil, el alma sale más a la vista.
– Nos obligan a descansar y dejar a un lado la carrera por el mañana.
– Sobre todo, nos obligan a soltar el control, nos ayudan a entender que solos no podemos, que hay una fuerza superior, Dios, que nos puede ayudar, más de lo que nosotros podemos.
En mi caso personal, siempre, las enfermedades me han hecho crecer. Muchas veces, les tenía miedo, las resistía y quería que desaparecieran inmediatamente. Al fin de cuentas, a quien le gusta el dolor!
Ahora, cuando aparecen, reconozco su propósito detrás, trato de aceptarlas lo más que puedo y me acerco más a mi parte espiritual, a mi centro, a recordar que me están diciendo «suelta el control y «confía, recuerda que no eres sólo tu cuerpo».
TIENES DERECHO A LA SANACIÓN
Tener buena salud es maravilloso! Pero si ahora estás enfermo, quiero recordarte que tienes derecho a la sanación. Tal vez los médicos te han dicho que no hay solución pero te pido que dejes abierta la posibilidad que si te puedes sanar. Si eres hijo del más grande, entonces por qué no puede suceder?
A mí me dijeron, que no iba a volver a caminar, que mi vida estaba condenada a estar paralizada, que todo mi cuerpo se iba a deteriorar pero llegó el momento en que alguien vino a mí y me dijo que estaba sana por dentro, que trajera esa sanación afuera, y mi vida cambió. Hoy después de aquella época, llevo más de una década sin rastro de aquella enfermedad. Así que te pido que creas que Dios te puedes sanar.
«El milagro viene a la mente que se calma por un instante y entra en silencio». Un Curso de Milagros.
Y sus mecanismos son diferentes, tal vez a través de tus médicos, tal vez a través de los medicamentos, terapias, etc. Eso déjaselo a Dios. Solo confía, ora, medita y conectate nuevamente con esa fuente de sanación que está dentro de tí.
CÓMO MEJORAR MI SALUD CON ESTAS 3 CLAVES:
Quiero darte estas tres claves que a mí me han servido mucho en mis procesos de sanación:
Primera Clave: Aceptar
No te puedes mentir a ti mismo. Tu situación muestra que estás enfermo, que tu cuerpo está pasando por un momento de caos y debilidad.
Cuando sentimos dolor, tendemos a resistir y a rechazar. Al hacer esto, lo que sucede, es que vamos en contracorriente. Cuando vamos en contracorriente, entonces agregamos sufrimiento al dolor.
La enfermedad está allí, así que lo mejor es aceptarla. Como un hecho. Sin drama. Es como decir «bueno, estoy enfermo, mi cuerpo no se siente bien».
Pero el aceptar no es decir «Estoy enfermo, mi vida es un desastre, etc» trayendo aún más dolor a un cuerpo débil que necesita aceptación y amor.
«Nuestras heridas y sufrimientos sanan solamente cuando las tratamos con compasión». Buda.
Así que el aceptar, es simplemente reconocer lo que es, por lo que es. Ni más ni menos. No resistir. Aceptar con bondad.
Segunda Clave: Confiar
Aquí entras en acción. Cuando confías en tu sanación comienzas a dirigirte por el camino de las posibilidades. No es un camino forzoso, es un camino donde unes tus fuerzas con las fuerzas de la fuente Superior, de Dios, como yo le llamo.
Cuando confías, comienzas a pensar y decretar cosas como «Mis tratamientos son los correctos», «Encuentro doctores que me ayudan a sanar», «Dios me sana», «En el nombre de la divina presencia de Dios, yo soy, declaro sanación para mi cuerpo», «Entro en equilibrio aquí y ahora», «Estoy sano», «Cada día me siento mejor».
Cuando confías, evitas hablar de tu enfermedad buscando simpatía por ella, evitas hablar de enfermedades y comienzas a pensar en que tu cuerpo ya está restaurado y que cada día vas de mejor, a mejor.
«El ego busca dividir y separar. El espíritu busca unificar y sanar» .Pema Chodron.
Aquí debes ser más grande que tus miedos, más grande que tu dolor. Es traer esa PRESENCIA de Dios, que llene tu vida, como si esa presencia fuese la que hablara y pensara a través tuyo y tu solo la dejas salir. No hay espacio para la duda, y cuando ésta viene, vuelves con tu presencia a traer sanación, una y otra vez.
Tercera Clave: Soltar
Aquí recuerdas que tu mente debe ser alineada a una Fuerza Superior. Cuando vamos por nuestros caminos solos, la lucha se hace más grande. Intentamos de todo y nada resulta. Cuando nos unimos a la fuerza superior, allí, ésta inteligencia entra en acción.
A qué me refiero: Es importante, entender, que nosotros con nuestra cabecita y nuestro cuerpo no nos inventamos, que nuestra fuerza desconectada no trae mucho. Por el contrario, si nos unimos a la fuente superior, somos invencibles. Allí está la mejor solución, el mejor camino, los milagros.
Por lo tanto, debemos soltar el control y la idea de que solos podemos y unirnos a algo más grande. Igualmente, debemos entender, que no vemos todo el camino en este momento, y que hay una inteligencia superior que sabe que es lo correcto y lo mejor para nosotros.
Te invito a que utilices esta poderosa oración para contribuir a tu proceso de sanación:
PODEROSA ORACIÓN DE SANACIÓN:
Amada Fuerza Superior, amado Dios, amado Creador.
Mi cuerpo está débil y necesita sanación.
Mi mente está insegura y necesita restauración.
Mi corazón está frágil y necesita de tu amor.
Haz que mi cuerpo sane, llénalo de tu luz.
Haz que mi mente se fortalezca, llénala de tu luz.
Haz que mi corazón se ilumine, llénalo de tu luz.
Tu infinito amor me equilibra, restaura mi cuerpo, mi mente y mi corazón.
Hoy me sumerjo en tu presencia y me permito recibir tu milagrosa sanación.
Doy infinitas gracias.
Amén!
